James Cook (1728-1779) fue un navegante y explorador inglés que contribuyó a documentar grandes extensiones de terreno a través de sus viajes a lo largo del océano Pacífico. Esta es una parte más o menos conocida de este personaje histórico.
Una curiosidad no tan conocida que ilustra la historia de este inglés fue que, después de su primer viaje a través del Pacífico y de su visita a Tahití, escribió como las gentes de este lugar se pintaban su cuerpo con rudimentarios dibujos de perros, pájaros y hombres y que a este tipo de grabaciones corporales las denominaban Tatu (que en tahitiano significa golpear). El instrumento que utilizaban para tal labor lo denominaban ta.
La recepción fonética de la palabra Tatu, Cook la transcribió a su inglés natal como tattow y es así como se conformó el origen de la palabra tatuaje.
Como se ha dicho, la escritura de James Cook recogió el término como tattow, pasando rápidamente a otras lenguas; al español llegó a través del término francés tatouage.
Al margen del origen etimológico como palabra de esta actividad, como actividad propiamente dicha se ha practicado desde que existe civilización. Los más antiguos de los que se tiene constancia de que se tatuaban son los egipcios aunque también griegos, romanos, pueblos germánicos, tribus africanas, etc. practicaban este arte
Mucha ha sido la diversidad de pueblos que han utilizado esta técnica, pero también la diversidad de usos, desde los propiamente estéticos hasta los más descabellados:
- Los romanos utilizaban los tatuajes para marcar a los esclavos y a los criminales.
- Los nazis lo utilizaron en los campos de exterminio para la identificación de los presos.
Aunque no siempre fueron razones estéticas o representativas de vileza humana; otros usos fueron más pragmáticos, así los pueblos aínos que ocupaban las islas japonesas antes de la llegada de los nipones lo usaban como método para diferenciar a las mujeres solteras de las casadas. Es sorprendente que para este fin tatuaran a las mujeres, en su pubertad, un mostacho sobre la boca y que una vez realizado el casamiento lo alargaban hasta las orejas.